Autor: HUGO ALCAYAGA BRISSO
http://www.politika.cl/2019/02/09/equitativa-distribucion-de-la-pobreza-en-chile-el-alza-de-las-tarifas-del-transporte/
Mientras en este Chile excluyente, agobiado por el modelo neoliberal y sometido a las leyes del mercado la riqueza no se distribuye y permanece concentrada en una minoría dorada, la pobreza de importantes sectores de la población se reparte con equidad y naturalidad a partir de la falta de oportunidades, los bajos salarios, los despidos de cada día y el alza sostenida de los productos esenciales y los servicios básicos.
Quizás como parte del “círculo virtuoso” que algún iluminado quiere ver en la economía chilena bajan las bencinas por factores internacionales al mismo tiempo que – paradoja de tanto “virtuosismo” – suben desmedidamente las tarifas de la locomoción colectiva como ha ocurrido en Santiago, Valparaíso y regiones, en lo que constituye el primer feroz atentado del año contra la ciudadanía de a pie.
El presidente Piñera y su gobierno se lavan las manos: este aumento imprevisto fue determinado por un “panel de expertos”, pequeño grupo de tecnócratas que la derecha empresarial en La Moneda usa como pantalla y que le es de gran utilidad para soslayar sus políticas antipopulares. En realidad, la única experticia que se le conoce es su habilidad para traspasar dinero desde los alicaídos bolsillos de la clase trabajadora hasta las faltriqueras de los poderosos. Protegido por las sombras, este panel de facto es un peligro público para el pueblo.
La gente modesta no tiene con qué hacer frente a este nuevo gasto de origen inexplicable, que le afecta no precisamente para salir de paseo sino que por razones de estudio, trabajo o para ir de un lugar a otro en busca de empleo. Los cesantes o quienes perciben el salario mínimo, en total millones de personas, no están en condiciones de desembolsar alrededor de 50 mil pesos mensuales por abordar un transporte que aparece como público. Se anticipa que la evasión continuará en aumento.
Los “expertos” manipulados por el modelo no toman en cuenta a la tercera edad, que en otros países del continente – México, Argentina, Colombia, entre ellos – y en Europa son favorecidos por un trato preferencial y fuertes descuentos de hasta un 50% en los pasajes. Para los jubilados éste ha sido otro mazazo en momentos en que esperaban un subsidio gubernamental para ocupar este servicio a la hora de acudir a los consultorios, a comprar medicamentos, etc.
Sólo una carta entregada por la Unión de Pensionados y una protesta de adultos mayores ante La Moneda, no ha habido otra reacción de los innumerables afectados. Este país no es Francia, aquí no hay chalecos amarillos que salgan a la calle a manifestar masivamente su descontento con el régimen y mantengan en alto sus reivindicaciones con renovado valor cada fin de semana, durante meses.
En París y otras ciudades francesas las movilizaciones no decaen luego de conseguir frenar la ola alcista y posicionarse con firmeza frente un gobierno reaccionario. Allí se está exigiendo un aumento de salarios y de pensiones, el término de las alzas injustificadas y el establecimiento de un impuesto sobre las grandes fortunas que poseen los más ricos. Los abusos contra los sectores vulnerables son similares en Chile y Francia, pero las respuestas diametralmente opuestas.
Piñera desconoce aquí la existencia de clases sociales y más aún la lucha de clases, y aprovecha el favorable panorama político que le sonríe, con dos derechas acomodadas bajo el mismo modelo lo que se traduce en una nula oposición. Por ello se ha apresurado a sumarse al intervencionismo en favor del fantoche venezolano “encargado” de los intereses pro petroleo del imperio yanqui.
La ciudadanía considera que la mejor “intervención” del mandatario estaría en la propia sociedad chilena. Mejor sería promover condiciones dignas de vida a través de una efectiva democratización del país que vaya más allá de repartir pobreza, incertidumbres y frustraciones, y que en definitiva signifique la puesta en vigencia de valores como la igualdad, la inclusión y la justicia social para todos.
Llevado por su narcisismo sempiterno Piñera alcanza figuración internacional en la ofensiva contra el gobierno constitucional de Venezuela, pero en Chile es incapaz de embestir contra la ola inflacionaria que junto al desempleo y los bajos salarios empobrecen cada día a sus compatriotas. En su mediocridad no es más que – lo dijo el presidente Maduro – un pichón de Pinochet.
Hugo Alcayaga Brisso
Valparaíso
hugoalcayagaperiodista@gmail.com
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