Autor: HUGO ALCAYAGA BRISSO
Mientras La Moneda de la mano del ministro Marcel se despliega en favor del sistema financiero y las AFP, en desmedro de las necesidades urgentes de muchos compatriotas en desgracia, se desentiende de su responsabilidad de desprenderse prontamente de lastres que contribuyen a su creciente desaprobación en las encuestas de opinión pública.
Aunque el gobierno a poco andar emitió un instructivo a todas las reparticiones públicas para promover la eficiencia del gasto y el buen uso de los recursos fiscales, todavía están en pie impresentables instancias heredadas de las administraciones de las dos derechas que constituyen no solo un engaño para la población sino que significan para su mantenimiento un dineral que es de todos los chilenos.
Con acierto el citado documento dice que “el contexto actual requiere de los mayores esfuerzos de responsabilidad fiscal en el uso eficaz y transparente de los recursos públicos con el objetivo de enfrentar las consecuencias de la emergencia sanitaria y recuperación económica del país”.
Justamente es por ello que cuesta explicarse que aún tengan existencia los llamados “paneles de expertos” a los cuales recurren las autoridades ante situaciones conflictivas para los que, sin embargo, hay ministerios, subsecretarías y servicios especializados que deben ser los verdaderos y legítimos encargados de dirimir o adoptar las medidas que correspondan con equidad y justicia para todos.
El gobierno ha anunciado el congelamiento de los pasajes del transporte colectivo, luego de que un panel de expertos recomendara un reajuste de 30 pesos. Estos parecen ser los mismos 30 pesos propuestos por esos mismos personajes en octubre de 2019, lo que desencadenó el histórico estallido social que comenzó a cambiar el panorama nacional.
Se trata de economistas encerrados en sus oficinas que desconocen la realidad en la calle y las necesidades de la gente agobiada por una violenta inflación descontrolada. Inexplicablemente estos singulares paneles siguen existiendo, no se dan cuenta que sobran y continúan proponiendo desafortunadas medidas que siempre golpean los bolsillos del pueblo. Habría distinta percepción de la realidad si tales paneles estuvieran integrados por dueñas de casa o trabajadores por cuenta propia.
Otro chiste de mal gusto para la población es la denominada Subsecretaría de Prevención del Delito, creada en el primer periodo piñerista y mantenida hasta ahora como si su gestión estuviera marcada por el éxito. Por el contrario, desde su aparición los delitos suman y se acrecientan, van más allá de los robos y asaltos, y ahora se sabe de portonazos y turbonazos que son el pan de cada día, además de los funerales de narcos matizados con balazos y fuegos artificiales.
Hoy la fiesta de la delincuencia está en su apogeo, porque el tema no es abordado como un problema social. No basta con que en el Palacio Rioja de Viña del Mar se haya efectuado el lanzamiento del Fondo Nacional de Seguridad Publica, si la autoridad política deja pasar el tiempo sin atacar la desigualdad como factor predominante y sin crear prontamente fuentes laborales que aseguren a todos un trabajo digno, estable y con ingresos decentes.
Si el citado organismo es reemplazado por una Subsecretaría de Fomento al Empleo, no cabe duda que las actuales cifras rojas delincuenciales comenzarían a disminuir. Sería una gran oportunidad para el pueblo cesante, para millones de desempleados que sobreviven con mucha suerte o con muchas deudas y para la sociedad en general.
A tales fiascos se suman los Servicios Locales de Educación Pública, SLEP, instancias de fantasía colocados en lugar de la educación municipalizada. Quienes creyeron que la actividad educativa de los liceos mejoraría en forma sustancial tras la desmunicipalizacion, se equivocaron rotundamente.
En Valparaíso, primera ciudad en que fue implementado el SLEP ha fracasado y así lo demuestran las continuas protestas por falta de material para las clases, carencias de recursos para los estudiantes, ausencia de insumos para servicios básicos y hasta no pagos a docentes. Hay un Ministerio de Educación, una Subsecretaría y personal especializado en mantener en funciones el sistema educacional.
Los que protagonizan el baile de los que sobran son muchos en este país repleto de necesidades en que hay que cuidar el gasto fiscal y sopesarlo con las expectativas de la gente. Más aún si el gobierno ha despegado con turbulencias, como lo ha reconocido el propio presidente de la República.
Hugo Alcayaga Brisso
Valparaíso
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