Autora: Margarita Labarca Goddard
El señor Roberto Ampuero que se las da de escritor y es el ministro de relaciones exteriores de Chile, dice que la situación de Venezuela es “inédita”, que es un proceso “inédito”. Vaya, vaya con este escritor que se refiere a la patria de Bolívar y de don Andrés Bello, en términos inventados por él, que no tienen nada que ver con la realidad. Porque el adjetivo inédito, que proviene del vocablo latino inedĭtus, se emplea para calificar al texto que aún no fue publicado.
Pienso que todos relacionamos lo de inédito con edición. Y resulta que se han escrito y editado en diarios, revistas y hasta en libros, un número inconmensurable de artículos, análisis y escritos sobre la situación de Venezuela, muchos más que los que se editaron sobre Bolívar y sobre don Andrés Bello.
El señor Ampuero ha publicado varios libros, pero no me voy a referir a ellos porque confieso que no he leído lo que escribe pues no me interesan los libros de los tránsfugas, pero sé que es un escritor editado o “édito”, podría decir don Roberto con su peculiar empleo del idioma.
Ahora bien, todo lo que se edita o sea se publica sobre Venezuela está absolutamente dirigido a desinformar al público, así como lo desinforma y “desculturiza” nuestro tránsfuga ministro. En este tema, habrá que ir derecho al grano: le guste o no le guste a Trump, a Bolsonaro, a Piñera y a Ampuero, Nicolás Maduro fue elegido en elecciones limpias en Venezuela, mucho más limpias que lo que anteriormente era habitual en ese país que no tiene una tradición democrática. El dictador Juan Vicente Gómez gobernó casi 30 años, y Marcos Pérez Jiménez se mantuvo durante más de seis. El gobierno de Carlos Andrés Pérez estuvo plagado de corrupción, privatizaciones y políticas antipopulares. ¿Quién se preocupó de todo esto, fuera de Venezuela? Pues nadie; la situación de Venezuela era bastante inédita en el mundo, y muy poco se publicó al respecto.
El tal Guaidó es un pelele absolutamente desconocido en en Venezuela, que fue elegido por Trump y se autoproclamó presidente por sí y ante sí. Esta manera insólita de autoelegir a un presidente sí que es inédita. Nunca he leído nada que se refiera a procedimientos parecidos, y si se ha escrito y editado algo, será una comedia bufa. Claro que hubo dictadores como Pinochet, pero esos no se proclamaron desde una embajada sino desde tanques y aviones bombardeando blancos civiles.
Dicen que la gente se va de Venezuela porque se muere de hambre y porque no hay medicamentos. La verdad es que nadie se muere de hambre porque hay comida suficiente, aunque no exquisiteces, me lo ha dicho mi amigo Arturo García que vive allá. Los que se mueren de verdad son los viejos que en Chile tienen que hacer huelgas de hambre para que les paguen una jubilación decente. Y si no hay medicamentos en Venezuela, es porque los bancos manejados por los yanquis les tienen congeladas sus cuentas en dólares que estaban destinados a comprar remedios y otras cosas importantes. Y después les ofrecen “ayuda humanitaria”, cuando se ve que esa es una maniobra vil para que la gente apoye a Guaidó. Vamos, en Venezuela no necesitan esa ayuda, lo que necesitan es que le descongelen las cuentas al gobierno –la congelación es un verdadero robo que viola todos los derechos humanos conocidos- para que pueda comprar medicamentos, leche, alimentos y otras cosas en el exterior.
Ahora todo el mundo habla de y escribe sobre Venezuela, vaya caso “inédito” señor Ampuero. Lo que falta es que usted escriba y edite un libro sobre el tema ¿verdad? ¿O ya lo hizo? En tal caso, habría que llamarle a usted, además de tránsfuga, el “campeón del fusil sin impulso”.
Por otra parte, los gringos y los europeos que tanto se interesan ahora por Venezuela, nunca han tenido idea ni siquiera de dónde está ese país. Pregúntele usted a un gringo en cualquier calla de EE.UU. donde está Venezuela, y seguro que no lo sabe. Pregúntele a un francés corriente, y tampoco. Pero presumiblemente le dirán que allí hay petróleo y que lo gobierna un dictador, porque hubo elecciones que ganó un señor “Hueidoo”, pero no lo dejaron asumir.
