BORRANDO CON EL CODO
- fcabieses
- 17 ago
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AUTOR: HUGO ALCAYAGA BRISSO
El primer tropezón con las encuestas es un llamado de alerta: la reformulación, la rectificación y hasta el retiro de propuestas populares por parte de la candidata Jeannette Jara y de sus asesores económicos social demócratas que fueron incorporados a su comando permiten anticipar que en noviembre próximo la ciudadanía ya no tendrá la oportunidad de poder votar por una auspiciosa postulación de Izquierda sino que otra vez deberá hacerlo por lo que se conoce como el “mal menor” para evitar a la ultraderecha pinochetista.
A través de todo Chile producen asombro las contradicciones de la candidata que pareciera querer borrar ahora dificultosamente con el codo lo que antes escribió limpiamente con la mano, ocasionando a la población amplias expectativas que en las últimas semanas tienen a desmoronarse.
La sorpresa se agudiza por encontrarse en el ámbito izquierdista donde siempre las metas y los objetivos han sido muy claras, en circunstancias que se está enfrentando a reconocidos representantes del pinochetismo devastador que trata de ocultarse a la sombra de los partidos de la extrema derecha.
En general el mundo popular se advierte defraudado por la mediocridad con que se está llevando la campaña presidencial. Esta ha sido roma, obtusa, sin aristas sobresalientes, irrelevante, sin propuestas significativas ni proyectos transformadores que entusiasmen a la gente, ni medidas concretas para combatir el origen y las causas de las lacras que generan los graves problemas que afligen a la población.
Pareciera que las candidaturas no quieren molestar a los dueños del dinero que todo lo controlan de acuerdo a sus intereses y apuntan a agendas gubernamentales que no cambian nada, no son más que aspirinas para los dolores de la calle y mantienen el descontento ciudadano. En definitiva, solo son más de lo mismo, lo mismo que viene desde la dictadura que lo impuso a sangre y fuego.
Lo que ocurre preocupa especialmente en el caso de Jeannette Jara, que ganó las primarias efectuadas el domingo 29 de junio pasado. La ex ministra del Trabajo, militante comunista toda su vida y que suele aparecer junto a retratos del presidente Salvador Allende, insiste en que ella es abanderada de la “centro Izquierda”, la ex Concertación, fracasada hace años, sinónimo de demagogia y anuncios incumplidos.
La peregrina idea “centro Izquierda” ubicada en pleno centro y lejos del pueblo, ni siquiera la imaginaban Allende, el gobierno popular y los partidos que lo sustentaban. Equivale a inmovilismo e inacción, y es una postura conservadora que impide los cambios. En 1973 el presidente constitucional fue derrocado por el imperio yanqui a través de las FF.AA. ávidas de poder, debido a que se estaban haciendo cambios revolucionarios en favor del pueblo y la clase trabajadora.
Desde fines de junio pasado cuando se realizaron las primarias, hasta mediados de agosto, han transcurrido algunas semanas solamente, pero sí el tiempo suficiente para alterar el programa de la Izquierda que triunfó en forma categórica. Ese programa de cambios necesarios que atrajo a la ciudadanía no es tal: en estos días es solo una posición acomodaticia de una candidata temerosa que ahora se presenta corregido, distorsionado y modificado, lo justo para poner distancia respecto a las mayorías populares.
Con motivo de las primarias Jara proponía una minoría sustentable, nacionalizando el cobre y el litio. Poco después ella ha negado que la situación del cobre se encuentre en discusión. Pese a que hoy el Estado posee únicamente el 28% de la propiedad del metal rojo, este continúa siendo el principal producto de exportación y lo que el presidente Allende “el sueldo de Chile”.
Aunque una de las banderas de lucha de Jara fue siempre un salario mínimo vital de 750 mil pesos, esa posibilidad fue bajada abruptamente por uno de sus asesores, el empresario portuario Escobar, perteneciente al Socialismo Democrático. Este parece encargado de frenar las iniciativas populares junto con otro personaje social demócrata de apellido Rosales. Entre ambos han restado credibilidad a la presidenciable.
Los citados asesores han acabado igualmente con la esperanza de millones de trabajadores y jubilados en cuanto a terminar con el sistema privado de pensiones, como era el propósito de la candidata cuando ejercía como ministra del Trabajo. Sus nuevos colaboradores han reafirmado que la desaparición de las AFP no está en la agenda económica.
Tampoco habrá una reforma tributaria incluyendo un impuesto a los superricos como se espera hace años. Esta reforma habría sido el punto de partida para comenzar a emparejar la cancha, esto es, para empezar a redistribuir las riquezas que posee el país entre todos y cada uno de los chilenos con absoluta equidad. Como parte de la irritante desigualdad existente hoy, el dinero, los bienes y los patrimonios están en manos de una exclusiva minoría privilegiada.
Coincidencia o no, las correcciones a su programa inicial ya han tenido un costo en las encuestas de opinión pública para Jeannette Jara. Esta ha visto frenado el avance que venía experimentando y la última medición efectuada por Cadem indica que ella ha bajado 5 puntos en la intención de voto. La reformulación de sus propuestas es un tema fundamental que explica este descenso.
En las actuales circunstancias hay quienes pusieron el apodo de “el sepulturero” al mencionado Escobar, quien parece obstinado en controlar las aspiraciones democráticas de Jeannette Jara. Es tiempo – aún en agosto – de que la candidata rectifique no sus propuestas, sino que la composición de su comando, lo que la acercaría a una resonante victoria en las elecciones presidenciales de fin de año.
Hugo Alcayaga Brisso
Valparaíso

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