EL PARTIDO COMUNISTA EN SU LABERINTO
- fcabieses
- 13 oct
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Autor: RICARDO CANDIA CARES
La campaña en contra del Partido comunista sobre la base de falacias no es obra de la nada ni sale de la concha de una almeja. La virulencia, el uso de mentiras o de la amplificación maliciosa de opiniones legítimas tanto como inofensivas, nos informa que algo late y no es bueno. Y las señales van en dirección de golpear muy duro al PC, sacarlo de la fotografía, alejarlo del eventual gobierno de la abanderada a la que no le sería incómodo estar fuera de su alcance. Para ella, su militancia es algo de quita y pon.
¿Se lo buscó el PC? ¿No lo previó?
El caso es que, por una parte, los invitados de piedra al gobierno de Gabriel Boric, para quien representaban todo lo que había que extirpar de la política, es decir esos partidos que estaban en camino a la extinción, que mutaron de entes burocráticos a maquinarias de la corrupción y del arreglín, se arrogan el derecho de mandar a callar al Partido Comunista, como quien manda en su casa.
Cosa no tan diferente, por otra, ha asumido la candidata: para dar pruebas de buena conducta manda a que su camarada Daniel Jadue, de cierta manera transformado en un ícono del malestar comunista, y a todas luces víctima de una encerrona judicial con propósitos políticos, se dedique a otra cosa y que no trate de ser candidato a diputado ni abrir la boca.
La candidata Jara no ha dicho esta boca es mía a favor del exalcalde luego que le fuera prohibida su postulación al congreso por la vía de un fallo del TRICEL. Al contrario, parece agradarle esa antidemocrática resolución.
Al PC no le han dado duro por su crítica a la conducción de la política económica que no ha puesto el foco en la gente más carenciada y porque sus equilibrios macroeconómicos no se han reflejado en el bienestar de la gente abandonado por este y por todos los gobierno que ha habido. Eso más bien ha sido una excusa pobre que busca, hurga, encuentra, el anticomunismo visceral que la dictadura dejó instalada en el sentido común de la gente silvestre y que se activa de vez en cuando sin que el anticomunismo cultural tenga que hacer mucho para el efecto.
¿Y qué esperaba el PC de un gobierno, el suyo, que se dedicó a reforzar el neoliberalismo?
¿Qué se puede esperar de esa pequeña burguesía que llegó al gobierno como para jugar a la política?
Su crítica tardía y tibia solo ha servido al PC para transformarse en blanco de la majadería absurda de sus socios en momentos en que el fascismo, precisamente por el renunciamiento de la izquierda para entender el mundo en que vivimos y no haber actuado en consecuencia, ha tenido un peligroso crecimiento.
Y, no es por una arrogancia estéril sino por la porfiada lección de la historia, solo los pueblos movilizados, es decir ordenados por un proyecto que ponga en el centro una perspectiva socialista, emancipadora, liberadora, decidida, han sido capaces de vencer a las hordas de genocidas.
Que no se diga que no lo advertimos a tiempo y sonriendo. No una vez, sino muchas veces y muchas voces y énfasis: los van a traicionar.
El Departamento de Estado y la CIA harán todo para evitar que una candidata comunista acceda al gobierno. Es una especie de mal ejemplo, así sea que el PC ya no sea ese enemigo fiero de antaño. Moverán, como parece ser el caso, a sus agentes encubiertos en los partidos de gobierno para desatar una campaña anticomunista que, al menos, logre quitar el rótulo de militante a la candidata para lograr, como efecto inmediato, toda posibilidad de incidencia del PC tanto en la campaña electoral, como en su eventual gobierno.
No hay señales de iniciativas que tiendan a bajar las tensiones sostenidas artificialmente por sujetos de una turbiedad tal, que de ser este un país decente, el PDD, uno de los partidos más corruptos de la historia, el Partido Socialista, que abandonó hace rato sus principios fundadores y va cuesta abajo, y la Democracia Cristiana, de la que sabemos su raigambre derechista, su cercanía a las agencias de Estados Unidos y su absoluta intrascendencia, habrían desaparecido hace tiempo.
La pregunta que cursa es si el PC va a seguir soportando el ninguneo de quienes no tienen moral para nada y si podría soportar un gobierno de una de sus camaradas que los relegue al closet para que molesten lo menos posible. Es cierto que el PC corre un riesgo. De retirarse del proyecto Jara presidenta, puede que gran parte de sus numerosos militantes con responsabilidades en el Estado, no estén dispuestos a renunciar a la buena pega y al buen sueldo, solo por la causa.




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