Autor: JOAQUIN BELLO
El 9 de diciembre, mediante voto virtual, se harán finalmente las elecciones en el Colegio de Profesores y Profesoras, uno de los gremios más numerosos del país.
Estas accidentadas elecciones estaban fijadas para el 27 de noviembre del 2019, pero fueron postergadas para marzo del 2020 como efecto de la revuelta popular y luego para el 25 de noviembre, por el covid 19. Finalmente quedaron para el 9 de diciembre.
Las elecciones del gremio docente se realizarán en un particular contexto.
Por una parte, definidas por el proceso constitucional, cuestionado por el gremio debido a los amarres que limitan la soberanía popular.
Esto obligará a la nueva directiva a definir cuál será su posicionamiento no solo en relación a las elecciones de los convencionales en abril, sino sobre todo el proceso de funcionamiento de la Convención Constitucional.
En un marco de profunda crisis de los partidos políticos y del Congreso Nacional, entre otras instituciones, las organizaciones sociales tendrán un rol de excepcional importancia.
Por otra parte, será imperativo que estas organizaciones asuman un rol mucho más activo en la evidente crisis del sistema, impulsando iniciativas movilizadoras y unitarias.
¿Quiénes compiten por la conducción del Colegio?
Lista A, Fuerza Gremial Docente, es la “derecha docente”. La encabeza la profesora Verónica Monsalve (81), antigua dirigente magisterial, militante de Renovación Nacional. Esta lista ostenta el mayor promedio de edad: 72 años. Su perfil ha estado bastante bajo porque, hasta ahora, no ha logrado el apoyo público del presidente Piñera.
Lista B, “Tenemos historia, construyamos un Colegio mejor”, la constituye partidos de la ex Concertación y cercanos a ella. Lidera el militante del Partido Socialista, profesor Alfonso Godoy (74) y lo apoyan docentes ligados al PRO, PPD y un trotskista.
Lista C, “Más docente, más gremio”, la lidera el profesor Guido Orellana (58). Se postulan los profesores Francisco Martínez y Robinson Peña, quienes recientemente fueron removidos de sus cargos por una mala gestión gremial.
Lista D, “Nunca más sin los profesores”, encabezada por al actual presidente del Regional Metropolitano, Carlos Díaz (55), militante del Partido Humanista, apoyado por un sector del Partido Radical.
A favor de esta candidatura juega que hoy dirigen el Colegio de Profesores, lo que les da acceso ilimitado a los medios de comunicación internos del gremio.
Lista E, “Arriba profes de Chile: con autonomía y dignidad”, encabezada por Eduardo González (38). Apoyada por el Movimiento por la Unidad Docente, MUD, el Movimiento Amplio por un Nuevo Colegio. Agrupa la mayor cantidad de profesoras y profesores jóvenes y con experiencia en las recientes luchas.
Es considerada la lista con muchas opciones por su vinculación con organizaciones docentes de base, profesores jóvenes que encarnan la renovación de la dirigencia, y por contar entre sus candidatas con la ex presidenta de la organización de docentes jubilados. En esta lista, uno de cuyos principios básicos es la autonomía, no tienen expresión los partidos políticos.
Lista F, “Fuerza y unidad docente ahora” del Partido Comunista, la encabeza la militante Paulina Cartagena (50). Va en alianza con fracciones del PR, PS y de la dirigente nacional Ligia Gallegos.
Los partidos políticos al interior del gremio, sujetos en extinción
Los otrora poderosos partidos políticos que decidían lo que pasaba o no en las organizaciones gremiales, están en un proceso de franca extinción.
Este fenómeno, que no es ajeno a lo que pasa en el resto de la sociedad, se viene agudizando en el gremio de profesores y profesoras, al extremo que sus candidatos insisten en esconder sus militancias en la propaganda y nombre de sus listas.
La Democracia Cristina no tiene ningún representante en la contienda. Ese partido prácticamente no existe en el gremio, desde el retiro del último de sus dirigentes, Osvaldo Verdugo.
El Partido Radical, si bien pasa por un estado similar, aún tiene profesores que militan en esa tienda, en la que fue muy poderoso. Es el costo que ha debido pagar por haber sido un sostén fundamental en las políticas privatizadoras en educación, la instalación de la Carrera Docente y la Nueva Educación Pública.
En esta ocasión, un sector de radicales va en alianza con el Partido Humanista, del que forma parte el actual presidente nacional del gremio, Mario Aguilar, mientras que otro sector del radicalismo estableció alianza con el PC y sectores del PS.
El caso del PC no dista mucho de esta realidad. Dirigentes comunistas reconocen que la gestión de Jaime Gajardo, que se extendió por tres períodos consecutivos, fue fatal para la proyección comunista en el magisterio, en particular por su defensa de la Carrera Docente que impulsó el gobierno de la ex Nueva Mayoría.
En el magisterio, todos los partidos están prácticamente en una etapa de extinción.
Para muchos, el desprestigio partidario ha sido por la nula influencia que han demostrado cuando han estado en los gobiernos de la Concertación y la Nueva Mayoría.
Lo que viene
Las nuevas condiciones del país agregan elementos a esta elección gremial. A las postergadas reivindicaciones de las educadoras y educadores, se agregan las nuevas circunstancias impuestas por el estallido social y por la pandemia y sus secuelas en la economía, la educación, la salud y, en general, en la vida de las personas.
Los profesores tienen presente lo que la sociedad ha comenzado a exigir desde octubre del año pasado. De esas exigencias, nada se ha logrado. Ha aumento la represión y los presos políticos enfrentan durísimas penas de cárcel.
Para los docentes, este evento histórico no es solo un “estallido”, sino un síntoma de una crisis muy profunda que no puede ser subestimado.
Por otra parte, profesoras y profesoras han jugado un rol que no ha sido lo suficientemente analizado, si se considera que han sido de extraordinaria importancia al momento de contener a millones de estudiantes en medio de las extensas cuarentenas a que ha estado expuesta la población..
¿Qué habría pasado con millones de niños y niñas sin sus profesoras y profesoras en medio de la asfixiante pandemia?
¿Deberá revisar el Estado su responsabilidad ante este sector de trabajadores que han dado innumerables demostraciones que su importancia en la sociedad va más allá de las escuelas y de las aulas?
Los nuevos dirigentes del magisterio deberán agregar estas reflexiones a sus demandas históricas.
댓글